Sostenibilidad alimentaria: Una reflexión sobre tendencias a cambios observados en estudios de consumidores

Verónica Ruiz Nolf, gerente de la Corporación de la Carne realiza un profundo análisis de la información del sector, encuestas y costos de alimentación.

Los conceptos de sustentabilidad, sostenibilidad y soberanía alimentaria forman parte de temas de interés para el debate de políticas públicas, pero más aún, de programas que intentan que, a nivel público-privado, la sostenibilidad pueda medirse, mitigarse y corregirse. En el caso de la carne bovina, la Corporación de la Carne participa activamente en diferentes proyectos e iniciativas privadas que contribuyan a disminuir emisiones de gases de efecto invernadero, a través de la genética, cambios de manejo y nutrición, ahorro de agua y energía y en la investigación aplicada para envases sustentables.

Las tendencias sobre consumo e intención de compra de alimentos, así como la valoración/castigo de atributos de los mismos en general pueden predecirse desde el Hemisferio Sur, al observar el comportamiento de Europa y USA, principales referentes que gatillan a la vez cambios a nivel de normativas y presión sobre los cambios de proveedores de alimentos.

Las cadenas alimentarias, también las chilenas, investigan e implementan aceleradamente diferentes estrategias para contribuir a minimizar los impactos que se han atribuido al quehacer rural para el deterioro de episodios meteorológicos.  Pero, qué pasa con la claridad respecto al concepto de sostenibilidad implícito en cada alimento y la respuesta ante los cambios socioeconómicos post-pandemia, en la mente e intención de compra de nuestros clientes?

Los resultados de encuesta EIT
Una encuesta reciente del Observatorio de Consumidores de Alimentos del EIT sugiere que el interés de los consumidores por la sostenibilidad se está debilitando. De hecho, los resultados mostraron que solo el 9 % de los europeos prioriza la sostenibilidad en sus vidas.
Además, el número de consumidores que tienen en cuenta la sostenibilidad a la hora de tomar decisiones de compra ha disminuido del 51 % al 46 % desde 2020.

La importancia del costo de alimentación
¿Qué razones se gatillan para ello? De acuerdo al estudio, el principal factor es el valor, identificado por el 31% de los encuestados. La consultora Kearny de Holanda plantea que los productos sostenibles son más caros, en un rango de 75-80%, respecto de aquellos que no acreditan sostenibilidad.

Un punto que es tremendamente importante, que nos indica la tendencia que desde Chile podemos observar desde Europa como un predictor de comportamiento, al menos con una temporada de desfase, es lo que plantea el Dr. Klaus Grunert,  profesor de la Universidad de Aarhus de Dinamarca y director del Observatorio de Consumidores de Alimentos del EIT: “Los consumidores se enfrentan a los efectos de otros problemas globales acuciantes a la hora de comprar y consumir alimentos. El aumento de los precios y la incertidumbre política han acaparado la atención del público”.

La necesidad de gatillar información adecuada
Un aspecto importante para la discusión sectorial en Chile, y la relación a la industria de alimentos y bebidas es la confusión. El congreso chileno ha planteado cambios a leyes y normativas vigentes, para que se mejore la entrega de información nutricional de nuestros alimentos, en particular entre alimentos de proteínas animales como la carne y los productos que pretenden sustituirlos.  El problema es que si bien alimentos de diferente origen (animal o vegetal) son complementarios entre sí, pero no sustituibles, ya que difieren en su composición en un 90% (Van Vliet et al, 2021).  Ello comienza a cambiar la apreciación de los consumidores.  Lo mismo parece ocurrir en sostenibilidad. “Si bien la sostenibilidad sigue siendo importante, los consumidores a menudo no están seguros de lo que realmente significa una alimentación sostenible”, explica Grunert. Y es que la encuesta de EIT revela que menos de la mitad (46%) de los encuestados en Europa tienen certeza sobre la sostenibilidad de los alimentos, falta información. Tal como ha ocurrido en la discusión que comienza a surgir en Chile en el ámbito alimentario, el Dr. Grunert señala que “Esta brecha de conocimiento genera dudas, lo que dificulta que los consumidores tomen decisiones informadas”.

La fatiga por la crisis
Durante décadas, los consumidores han sido bombardeados con mensajes negativos sobre el futuro del planeta y, a medida que el problema crece, también lo hace la continua charla negativa. Esto está teniendo el efecto opuesto al que los ambientalistas desearían, particularmente entre los consumidores más jóvenes, señala la información publicada recientemente. “El cansancio por la crisis está agotando a los consumidores”, afirma Aditi Kohli, vicepresidenta sénior de APAC en GWI. “La generación Z se está volviendo más introspectiva, centrándose en sí misma y en su círculo inmediato. Su interés por los problemas ambientales y la actualidad está disminuyendo. No es que no les importe, sino que es más bien un caso de ancho de banda mental y de priorización como una necesidad”.

Importancia para la toma de decisiones en Chile
Si bien la importancia que se otorga a la sostenibilidad es muy relevante, los hallazgos que comienzan a surgir en países de referencia en materia de comportamiento de clientes, deben invitarnos a revisar y corregir nuestro comportamiento.

¿Estamos basando nuestras decisiones productivas en datos probados y actualizados? Podemos inferir que debemos avanzar en mejorar la forma en que estamos midiendo nuestras huellas de alimentos y cadenas de producción.  Hasta el año pasado, la referencia para la ganadería era el censo agropecuario de 2007.  Es imposible incluir avances en mitigación genética, de manejo, nutricional, si los resultados se calculan en base a fórmulas, y no realmente en base a lo que ocurre in situ. Ello es válido para las emisiones de gases de efecto invernadero, como para la captura.  

Desde la óptica de otras políticas públicas, debemos centrar nuestra atención en sellos y certificaciones, ya que muchos de ellos tampoco son fácilmente auditables a nivel de consumidor.  ¿Hay estandarización de los principales KPI a considerar?  ¿El consumidor le atribuye valor a lo que estamos definiendo?  Todas interrogantes que permitirán a nuestro país poner el valor las enormes ventajas ambientales que ofrece la ganadería en sus diferentes contextos geográficos y climáticos. Finalmente, no hay subsistemas malos o buenos, pero todos pueden llevarse a la práctica en forma seria, responsable, velando por la sostenibilidad en sus tres componentes: ambiental, social y económica.

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