Investigación & Desarrollo
Por Redacción , 14 de febrero de 2025 | 08:00Modelo INIA para una transición hacia una ganadería sustentable y sostenible

Rodrigo Morales, coordinador nacional de Ganadería del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) presentó la propuesta institucional para el desarrollo de una industria cárnica chilena de excelencia y adaptada a los tiempos y demandas de los consumidores.
El futuro de la ganadería nacional depende de nuestra capacidad para adaptarnos a los desafíos y las nuevas demandas y tendencias del mercado global, priorizando la sostenibilidad, el bienestar animal y la preservación de nuestros recursos naturales. Considerando lo anterior en el INIA desarrollamos un modelo para la transición hacia una ganadería sustentable y sostenible, que ofrece una hoja de ruta clara y viable.
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Chile, con su diversa geografía y tradición ganadera, presenta una realidad compleja. Convivimos distintos sistemas de producción.
Tenemos la Ganadería Intensiva, que se caracteriza por un enfoque en la maximización de la producción, utilizando altas cargas animales, alimentación suplementaria y un uso intensivo de insumos externos como fertilizantes, agroquímicos, pesticidas y antibióticos. Busca la mayor eficiencia en términos de producción por unidad de superficie.
La llamada Ganadería Patrimonial representa la tradición ganadera chilena, rescatando saberes y prácticas ancestrales. Se caracteriza por un manejo un poco más extensivo, con una alimentación basada principalmente en praderas. El uso de fertilizantes sintéticos y agroinsumos externos es mínimo o nulo, lo que se traduce en un menor impacto ambiental. Este sistema tiene un gran potencial para optar a sellos de origen, destacando la calidad, la tradición y la conexión con el territorio.
También contamos con Ganadería Agroecológica y Orgánica. Estos sistemas se rigen por estrictos estándares de certificación, que prohíben el uso de agroquímicos, pesticidas, fertilizantes sintéticos, antibióticos y hormonas. Se prioriza la salud del suelo, la biodiversidad y el bienestar animal, utilizando prácticas de manejo que minimizan el impacto ambiental. La alimentación es exclusivamente a base de praderas.
Finalmente, Ganadería Holística Regenerativa que se centra en la regeneración de los suelos y el fomento de la biodiversidad. Se aplican métodos de manejo que mejoran la salud del suelo, la capacidad de retención de agua y la productividad de las praderas. Al igual que los sistemas agroecológicos y orgánicos, la alimentación es exclusivamente a base de praderas, y se evita el uso de agroquímicos, pesticidas y fertilizantes sintéticos.
Ante este escenario diverso, el modelo INIA propone una visión integradora, buscando incorporar prácticas de bienestar animal en todos los sistemas, como requisito fundamental para la producción ganadera actual y futura.
También buscamos que todos los sistemas avancen hacia una ganadería sustentable y sostenible, a través de manejos que fomenten la alimentación natural del ganado, prácticas sostenibles, la incorporación de otros saberes y por lo tanto, la integración con otros sistemas productivos, preservando los recursos naturales y cuidando el medio ambiente.
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El modelo INIA reconoce el valor de los sistemas tradicionales y la importancia de rescatar los saberes ancestrales, especialmente en la ganadería patrimonial. Al mismo tiempo, promueve la adopción de prácticas de la ganadería holística regenerativa, que mejoran la salud del suelo y fomentan la biodiversidad.
En este modelo no buscamos imponer un único camino, sino de ofrecer un marco de referencia para que cada productor, según sus propias características y recursos, pueda avanzar hacia una ganadería más sustentable y sostenible.
Tal como como la iniciativa Chile Origen Consciente del Ministerio de Agricultura, liderada por la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa) y en la que estamos partipando como INIA, nuestra visión es a largo plazo y que requiere el compromiso, inversión y colaboración de todos los actores involucrados.
El futuro de nuestra carne depende de nuestra capacidad para adaptarnos a esta nueva realidad. Los invito, por lo tanto, a conocer y discutir más este modelo, que representa un paso clave hacia el desarrollo de una industria cárnica chilena sustentable y de excelencia.
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